MARIA DE LOS REYES

María de los Reyes Hernández de Gil, 61 años, Venezuela, estudios primarios. En mi país siempre he sido autónoma, he vendido productos de belleza, ropa y empanadas. Aquí trabajo de trabajadora del hogar y los cuidados.

Los conceptos de “trabajadora” e «inmigrante” suponen prácticamente una redundancia ya que la realidad, es que, toda o casi toda la migración, sea cual fuere su razón de ser tiene alguna implicación sobre el mercado laboral.

Los llamados “inmigrantes” se reincorporan y alinean con la sociedad receptora de forma ESENCIAL, por la vía del empleo y el trabajo (Blanch, 2005) .

“Trabajé de 2010 a 2014 como interna en Tenerife(..).”  

Las mujeres migrantes encuentran un nicho laboral en el trabajo como internas.

Se observa cómo los empleadores y sus familias no basan su búsqueda de candidata en la formación o experiencia previa que tienen, sino que realmente replican ese modelo de familia tradicional, en el que la mujer por el hecho de serlo provee de forma natural e instintiva a su ser cuidado y afecto.

(…)Me contrataron a pesar de que yo nunca haya realizado ese trabajo”. 

Las trabajadoras del hogar y los cuidados se encuentran con múltiples dificultades y obstáculos relacionados con su condición de migrante (Blanch, 2005).

“En uno de mis trabajos de interna, cuidando a una señora que tenía que recuperarse de una operación, no me quería dar los domingos, cogí ese trabajo por necesidad (…)Al final aguantas, porque no tienes papeles”.

Además, son frecuentes los comentarios racistas y xenófobos por parte de los propios empleadores;

“La señora me decía que no le gustaban las inmigrantes, que solo me cogió por necesidad, decía algo así como que veníamos acá y encima nos tienen que pagar”

No solo eso, si no que las trabajadoras del hogar sufren frecuentemente discriminación en el entorno laboral, pudiendo ser esta múltiple, con motivo de su género, etnia, apariencia, orientación sexual e incluso por su edad.

“Hoy en día tengo 61 años, no sé qué me depara el futuro…(…)Actualmente me encuentro con empleadores que me dicen que quieren personas jóvenes para los trabajos con 30-40 años y no me reciben porque dicen que soy muy mayor”.

“La primera vez vine con un sueño, por trabajar y lograr mis objetivos, la segunda como obligada porque la cosa se puso mal allí… 

Mi sueño siempre ha sido volver a mi tierra. No es fácil, vienes con el corazón, no pensaba que tuviera que regresar. Mi deseo es volver, pero actualmente no puedo”. 

“La señora me decía que no le gustaban las inmigrantes, que solo me cogió por necesidad,

decía algo así como que veníamos acá y encima nos tienen que pagar”

 #EstrabajoEstrabajadoraEsCiudadana

#SeUnaEmpleadoraJusta